Quien viva en San Juan y nunca haya escuchado de Barrio Obrero y de su gente, no conoce de San Juan. Los primeros indicios de poblamiento de lo que hoy conocemos como el Caño Martín Peña datan del período anterior a la conquista española e inician en lo que hoy se conoce como Barrio Obrero. Con la llegada de los españoles a partir de 1508, es que podemos rastrear el establecimiento de gente en la zona.
En 1862 el poblado de Cangrejos, como se le conocía a Santurce en ese entonces, desapareció y sus barrios fueron divididos entre los municipios de San Juan, Río Piedras y Carolina. Así, al antiguo pueblo de Cangrejos se le cambió el nombre a Santurce. Debido a lo insalubre de la zona, el 11 de marzo de 1915 se aprobó una Ley por la Comisión de Hogares Seguros para gestionar, a costos razonables, las ventas de terrenos públicos a trabajadores.
La Comisión propuso el desarrollo del Barrio Obrero como mecanismo para atender el problema de vivienda pública en San Juan. Esta iniciativa representaría el primer intento de renovación urbana por vía de la eliminación de arrabales en Puerto Rico y serviría como precedente en la planificación urbana. El proyecto constaría de viviendas unifamiliares para artesanos y obreros, con acueducto,alcantarillado y luz eléctrica. La construcción sería sufragada con fondos públicos, proveyendo el arrendamiento de las residencias con derecho a propiedad.
Estas nuevas viviendas servirían de hogar a desplazados de varios arrabales de Puerta de Tierra que serían eliminados para facilitar el dragado del Canal de San Antonio. Con este dragado se ampliarían las facilidades del puerto de San Juan, creando espacio para el acomodo de embarcaciones de mayor tamaño y nuevos almacenes portuarios.
Los arrabales desplazados en Puerta de Tierra fueron Salsipuedes, Hoyo Frío y Gandulito. Entre los años 1920 y 1921, la “Comisión de Hogares Seguros” gestionó el inicio de la construcción de lo que nombrarían el Barrio Obrero, en una finca de 63 cuerdas adquirida en Santurce. El diseño del Barrio Obrero incluía la lotificación de solares destinados para la construcción de 600 viviendas de madera y/o concreto con capacidad para alojar más de 3,000 residentes.
Además, la Comisión ofrecería contratos subsidiados a las familias desalojadas de los arrabales, como compensación por la pérdida de sus hogares. Inicialmente se construyeron 50 viviendas de hormigón y 210 de madera. Estas constaban de tres habitaciones, pero sus costos variaban de acuerdo con el tipo de letrina o si tenían acueducto.
Durante los primeros dos años, se establecieron en Barrio Obrero cerca de 460 familias. Ya para 1935 la barriada contaba con 1,146 viviendas, además decomercios y facilidades comunales. Al final la Comisión solo desarrolló 260 viviendas, 30 de cemento y210 de madera. Éste fue el inicio del poblamiento de las zonas marginales. La búsqueda de empleo obligaba a la gente a desplazarse a grandes distancias desde la Isla a San Juan. En la Isleta y sus alrededores se estaban expan-diendo las instalaciones militares. La necesidad de mano de obra para trabajar en las bases motivó una enorme migración del campo a la ciudad.
Esto obligó a muchas familias a desplazarse a lugares más cercanos a sus centros de trabajo. Este es el caso del padre de doña Juanita Otero, quien residía en la Barriada Israel. Sin embargo, no todos los movimientos se efectuaron por motivos económicos. Los abuelos de doña Gloria Rivera, residente de Barrio Obrero Marina, se trasladaron desde Barrazas en Carolina tras desatarse en el área una epidemia.
Durante la década de 1930 los niveles poblacionales siguieron en aumentos La crisis económica que sufría el país a causa de la Gran Depresión, el azote de los huracanes San Felipe (1928) y San Ciprián (1932) una economía de monocultivo, fomentaron el que continuase el éxodo masivo de los sectores rurales a la zona urbana.
La necesidad de nuevas viviendas impulsa la creación de las barriadas aledañas a Bario Obrero, pero sin un sistema planificado de infraestructura. En términos generales, el crecimiento del Caño fue el resultado de la emigración rural hacia los centros urbanos como San Juan. La posibilidad de oportunidades de trabajo en San Juan actuó como un imán para atraer gentes desde lugares rurales con una economía marginal. Más adelante, la población del sector creció por las migraciones de hermanos de la República Dominicana cuyos desarrollos y aportaciones son parte de otra narrativas.
Referencia: González Vélez P. (2020)
Historia del Caño Martín Peña.